Presidenta CSJ juramenta a discapacitado ejemplar.


La magistrada presidenta del Poder Judicial, doctora Alba Luz Ramos Vanegas, juramentó este 19 de agosto como abogado y notario público a Pedro Pablo López Rizo, un hombre que nació sin las dos manos y sin los dos pies.


La Dra. Alba Luz Ramos Vanegas, Magistrada Presidenta de la CSJ, juramenta al licenciado Pedro Pablo López Rizo, como Abogado y Notario Público.
“Es un honor para mí juramentar a una persona con una enorme capacidad de luchar tan duro en la vida”, le dijo la magistrada presidenta del Poder Judicial a Pedro Pablo, después de expresar las palabras de rigor que mandata la Promesa de Ley.

“Hoy usted corona su meta. Felicitaciones, queda debidamente acreditado ante esta Corte Suprema de Justicia”, dijo la magistrada Ramos Vanegas.

López Rizo se hizo acompañar de su esposa Martha Carballo Calero y de su pequeño hijo de dos años de edad, Pedro Fernando López Carballo, quienes fueron testigos mudos de la gesta de su padre, quien coronó sus sueños al ser juramentado como nuevo profesional del Derecho.

El recién juramentado nació en una comunidad recóndita de Matagalpa, se bachilleró e ingreso a la universidad, donde estudió Ciencias Jurídicas y Sociales, viendo hoy los frutos de sus esfuerzos.

Pedro Pablo proviene de una familia humilde. Realizó sus estudios de primaria y secundaria con esfuerzo de su mamá, de quien dice sentirse orgulloso y de quien asegura haber heredado su coraje “para ser alguien en la vida”.


La esposa del nuevo profesional, señora Martha Carballo Calero; el Dr. Rubén Montenegro Espinoza, Secretario de la CSJ y la magistrada presidenta del supremo tribunal, observan mientras el Lic. López Rizo firma el Acta de la Toma de Posesión de su cargo.
“Pasé por años muy difíciles, pero no todo es imposible. A veces tuve que caminar “gateando” hasta mis centros de estudios, cuando no había quien me llevara en mi silla de ruedas. Aprendí a desarrollar mis habilidades, a moverme de un lado a otro sin tener mis extremidades de nacimiento, teniendo siempre presente mi slogan “en la vida todo se puede”, recordó.

Desde pequeño soñó con ser abogado y siempre le pedía a Dios que le diera sabiduría. Al concluir sus estudios secundarios y dado que no tenía capacidad para sufragar los gastos de la universidad, solicitó una beca a través de distintos medios de comunicación.


“Le pedí sabiduría a Dios y siempre me mantuve en los caminos rectos. Sabía que era discapacitado, pero que para Dios nada es imposible. Estaba seguro que con fe, deseo y buena voluntad podía salir adelante, porque yo tengo discapacidad física pero mi mente está exacta”, dijo López Rizo. 

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