Innovación de nicaragüense inventa una máquina para pelar pollos
Sergio Ríos es un chinandegano que está dando de qué hablar en los últimos días con su más reciente invento: una máquina que despluma pollos en tan solo 45 segundos.
El funcionamiento de la máquina es sencillo. Introduce tres aves en un contenedor de metal que por dentro tiene unas piezas de goma, las cuales mantienen intacta la carne del pollo.
La máquina empieza a girar y con ello las aves poco a poco van perdiendo el plumaje, hasta que después de 45 segundos quedan impecables y listas para ser comercializadas en el mercado local, que Ríos ha estado abasteciendo desde hace varios años.
Durante mucho tiempo este hombre tenía una gran preocupación porque para poder desplumar un pollo debía pagar cinco córdobas y buscar a alguien que quisiera hacer el sucio trabajo.
Antes de meter los pollos a la máquina, Ríos los lava con agua al tiempo para quitar algunas suciedades que puedan dañar la máquina. Las aves deben estar muertas y una vez que el plumaje es retirado, este sale por otro compartimiento donde es retirado manualmente.
Tres pollos pueden ser pelados en 45 segundos y en una hora logra pelar 180. Manualmente, le lleva unos cinco minutos a una persona desplumar un pollo. La máquina hace el trabajo de 15 personas en una hora.
Antes de tener la máquina, Ríos también pelaba los pollos con las manos y esto provocaba que terminara lleno de plumas o incluso de desperdicios de pollo.
Por eso empezó a evaluar la posibilidad de crear una máquina. No es fácil, cuenta desde su casa donde hace unas pruebas con su invento.
Para llegar a desarrollar esta máquina “pelapollos”, tuvo que pasar por varias fases donde todo parecía perdido. Algunas aves quedaron destrozadas con los primeros prototipos, a veces el agua se salía y quedaba empapado en aquellas noches de desvelo que hoy recuerda tan lejanas.
“Cuando la estaba construyendo no dormía, tenía la perspectiva de que algún día iba a solucionarlo. Pensaba que el país no está pobre, la pobreza está en la mente”, dice Ríos hoy con orgullo.
La máquina ya ha sido presentada en diferentes ferias tecnológicas y ha sido la sensación entre los pequeños empresarios de la industria avícola que han mostrado interés en comprarla.
“Pienso extender la fabricación y colocarle un sello de calidad a la máquina para que pueda ser identificada y venderla a la pequeña y mediana industria avícola”.
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